Escritura de obra nueva
La escritura de obra nueva es un documento notarial que certifica públicamente la construcción de un nuevo edificio en una parcela específica, o la ampliación de una edificación existente. Esta declaración se realiza ante un notario y tiene como objetivo principal inscribir el inmueble en el Registro de la Propiedad. Además, puede servir para establecer derechos como el de superficie.
En términos simples, mediante este documento se oficializa ante un notario que se está llevando a cabo (o ya se ha completado) la construcción de una edificación en un terreno determinado. Posteriormente, esta escritura puede registrarse en el Registro de la Propiedad, lo que facilita cualquier gestión administrativa relacionada con la propiedad. Es fundamental porque confirma nuestra condición de propietarios y nos otorga protección legal en caso de cualquier eventualidad.
La escritura de obra nueva puede ser realizada por dos tipos de actores, dependiendo de quién sea el responsable de la construcción:
- Promotor o empresa constructora: Es habitual que una compañía asuma este rol, especialmente cuando la obra forma parte de un proyecto de promoción inmobiliaria destinado a la venta o alquiler de las unidades construidas. En este caso, la escritura de obra nueva es crucial si el promotor planea comercializar las edificaciones y necesita financiación a través de entidades bancarias.
- Autopromotor o particular: Aquí, una persona decide construir una vivienda en un terreno propio para su uso personal. Inicialmente, los autopromotores no están obligados a tramitar la escritura de obra nueva. Sin embargo, a largo plazo, será necesario realizar este trámite si se requieren servicios básicos como suministro de luz y agua, ya que estos suelen requerir la inscripción registral de la edificación.
